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El género y la lengua

El género y la lengua

En la actualidad, muchos son los personajes públicos que al realizar sus discursos utilizan ambos géneros para referirse a los receptores (españoles y españolas, por ejemplo). Esto es algo que ha causado bastante debate y que ha dado paso a la polémica de si el género masculino debería incluir o no al femenino. La RAE dice esto al respecto.

Sin embargo, como persona interesada en la lengua y la traducción, me parece un tema interesante a tratar y estudiar. Las primeras veces que escuché eso de «alumnos y alumnas» o «andaluces y andaluzas», me chocó. Me chocó a mí y a muchas otras personas que comenzaron a preguntarse si era correcto o no realizar esta diferenciación.

A raíz de esto, comenzaron a aparecer diferentes opciones para referirse a ambos géneros en el lenguaje escrito. En algunos casos se utiliza la @: alumn@s; en otros la x: ciudadanxs; y en otros simplemente se escriben ambos géneros: traductores y traductoras.

Sin duda la opción de la @ me parecía bastante extraña. La de la x tampoco me convencía. Y repetir ambos géneros podía sonar repetitivo. Sin embargo, todo esto me hizo pensar en la arbitrariedad del lenguaje. El decir cada género por separado sonaba repetitivo pero, ¿no se comienzan siempre los discursos con «señoras y señores, damas y caballeros»? ¿Por qué no es correcto entonces hacer siempre esta diferenciación? ¿Podría estar influyendo la costumbre en nuestra forma de hablar?

el género y la lengua

La lengua como organismo vivo.

Como afirma la RAE, el decir los géneros por separado puede ser artificioso y, según esta, incluso innecesario. No obstante, también cabe destacar que términos que la RAE no habría aceptado hace 20 años, hoy en día aparecen en su nueva edición (otubre, almóndiga o asín, son algunos ejemplos).

El hecho de que el género masculino para hablar en general incluya el femenino o no es un tema aún por debatir. Y, en mi opinión, por solucionar. Sin embargo, sí que hay otro aspecto sobre el que tengo una opinión clara y que sí está recogido en la RAE: el uso del femenino en las profesiones.

Tengo que confesar que me sorprende que, a día de hoy, sean muchas las mujeres que se denominan a sí mismas como «abogado» o «arquitecto». Si existe un término en femenino para nuestra profesión, ¿no sería lo correcto utilizarla? Desde mi punto de vista, esto sería parecido a que yo, Ester, me considere «guapo» o «feo».

¿Qué motivo nos hace utilizar hoy en día profesiones de género masculino para mujeres cuando existe su equivalente masculino? Seguramente muchos opinen que es cuestión de costumbre, que no se hace ningún daño y que no tiene importancia. Otros, sin embargo, consideran que esta forma de hablar tiene un origen machista.

¿Podría entonces ser un indicativo de nuestra forma de pensar la forma en que usamos el género al expresarnos? El debate, una vez más, está abierto.

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